Palomitas Blancas de Laraquete se capacitarán en “habilidades digitales para el trabajo” por medio del Sence
Las 20 beneficiadas son parte de la agrupación de mujeres de familias pescadoras de la localidad de Laraquete, comuna de Arauco, quienes continúan la tradición local de más de cien años de preparar y vender sándwiches hechos de tortilla de rescoldo rellena con mariscos de la zona.
Mejorar sus oportunidades de empleo y promover el desarrollo personal y profesional de la comunidad y sus emprendimientos colectivos y particulares, es el desafío del compromiso para la implementación del curso, firmado por el director del Sence Biobío, Daniel Jana, y la presidenta de la agrupación de "Palomitas Blancas" de Laraquete, Gladys Hernández, en la sede de estas tradicionales trabajadoras que adornan el paisaje, emplazadas al costado de la antigua carretera que conecta las provincias de Concepción y Arauco.
La iniciativa fue aprobada por el Consejo Regional de Capacitación, y se concreta en un curso de 55 horas.
Gladys Hernández agradeció la instancia y, a nombre de sus compañeras, agradeció el haber sido consideradas para cubrir la necesidad de aprender a manejar un computador y sus herramientas, hecho que facilitará concretamente sus labores.
“Esto era algo que esperaban hace mucho tiempo: “Nosotras hemos sacado adelante nuestras familias gracias a los ingresos de la venta de tortillas. En tiempos difíciles, este oficio ha sido un verdadero salvavidas y a pesar de los cambios, estamos decididas a mantener viva la tradición y seguir ofreciendo nuestro producto con su sabor único e irresistible a los visitantes y lugareños”, enfatizó la dirigenta.
Historia y tradición:
Ataviadas con clásicos delantales blancos, las palomitas han mantenido viva una costumbre de comienzos del XX y originada junto al ferrocarril en la estación de Laraquete, donde esperaban el paso del tren para vender sus deliciosas tortillas.
En 2016 el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile declaró a las Palomitas Blancas Tesoros Humanos Vivos. Este reconocimiento destaca su contribución cultural y económica a la comunidad. Aunque las ventas ya no son las mismas, estas mujeres se enorgullecen de su oficio y continúan siendo parte del paisaje en Laraquete y en los puestos de venta a lo largo de la Ruta 160.